Dificultades visuales con el alcohol
Las dificultades visuales como efecto de un exceso de alcohol en sangre comienzan a partir de la ingesta de bebidas alcohólicas. Cualquier alcoholemia por pequeña que sea, puede alterar tu capacidad de conducir, incrementando el riesgo de accidente. Una de las razones es el cambio de percepción visual.
Se considera que una persona está bajo los efectos del alcohol cuando su tasa en sangre está entre 0,2 y 0,4 gramos de alcohol por litro (datos de la DGT).
En esta situación se ve con dificultad el color rojo, coasa en mo por ejemplo las señales, los semáforos y las luces de freno. Además es más complejo acostumbrarse a los cambios de luz, como en las salidas de los túneles y autopistas por un funcionamiento lento de las pupilas.
Se producen además problemas para determinar con precisión la profundidad y las distancias (distancia de seguridad y adelantamientos) y una reducción del campo visual (cruces) lo que es un peligro en la conducción en general. También hay aumento de los tiempos de reacción.
Últimamente se ha publicado un estudio en Journal of Ophthalmology explicando que el alcohol menoscaba la calidad óptica de la imagen que vemos porque deteriora la película de lágrima que recubre la superficie del ojo. El etanol llega a la lágrima y actúa como disolvente de la capa más externa de la película lagrimal lo que hace que se evapore su parte acuosa con mayor rapidez. Por ello la calidad de la imagen empeora.
Por todo ello: Si bebes… no conduzcas
Fuentes: IOA
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