El entropión es una alteración en la posición de los párpados que puede causar molestias por el contacto de las pestañas con la córnea y o la conjuntiva.

El diagnóstico del entropión se confirma con un examen físico del ojo y el párpado. Por lo general, no  requiere de exámenes especiales.

El  tratamiento del entropión es quirúrgico –cirugía de oculoplástica- y es importante corregirlo antes de que produzca daños en la superficie ocular.

Debido a la inclinación del margen palpebral hacia dentro, provoca el roce de las pestañas contra la superficie del ojo, causando irritación, enrojecimiento, dolor y sensibilidad a la luz y al viento. Puede ocurrir por la edad, por debilitamiento de ciertos músculos del parpado o por traumatismo, cicatrices o cirugías previas.

El entropión puede estar presente al nacer (congénito) o adquirirse con el envejecimiento.

En los bebés, es una patología muy rara y el tratamiento que suele precisar es la protección de la córnea con pomadas oftálmicas,  ya que normalmente se suele corrigir solo. En las personas de edad avanzada el entropión generalmente es causado por un espasmo muscular y el debilitamiento de los tendones que sostienen el párpado y necesita un tratamiento quirúrgico.

Las lágrimas artificiales (lubricantes) pueden brindar alivio a la sequedad y mantener la córnea lubricada.  Pero la cirugía de entropión  corrige la posición de los párpados, es efectiva y alivia permanentemente los trastornos derivados de esta enfermedad oftalmológica.

La corrección quirúrgica del entropión se hace con anestesia local y con cirugía ambulatoria. Lo que conlleva a una recuperación rápida y prácticamente sin problemas derivados.