Dispositivos de lectura electrónicos y el patrón de sueño
El uso antes de dormir de los dispositivos de lectura electrónicos que emiten luz pueden alterar el patrón de sueño de las personas. Esta es la conclusión a la que han llegado científicos estadounidenses en un estudio publicado en “PNAS”. La secreción de melatonina se redujo significativamente debido al uso de estos dispositivos de lectura electrónicos.
Para el estudio de cómo afectan los dispositivos de lectura electrónicos al sueño, realizado por la Universidad de Harvard en Boston (Massachusetts), se pidió a doce jóvenes adultos que leyeran libros impresos y digitales antes de acostarse en condiciones controladas. Durante cinco noches consecutivas, los participantes leyeron libros electrónicos y, durante otras cinco noches consecutivas, leyeron libros impresos. El tiempo de la lectura duró cuatro horas cada vez, desde las seis a las diez de la noche, y luego se apagó la luz hasta que los participantes se despertaron de nuevo a las seis de la mañana. Hubo un intervalo de un día entre las dos fases.
El estudio demostró que los sujetos del estudio que utilizaron dispositivos de lectura electrónicos tardaron un promedio de diez minutos más en conciliar el sueño. Además, sus fases REM eran unos doce minutos más cortas y se sentían significativamente más somnolientos a la mañana siguiente. La diferencia en la secreción de melatonina fue particularmente evidente. Entre los participantes que utilizaron dispositivos de lectura electrónicos, fue un 55 % menor. Después de cinco noches con cuatro horas de tiempo de lectura utilizando dispositivos digitales, el reloj circadiano de los participantes se retrasó un promedio de 1,5 horas.
Estudios anteriores ya habían indicado que la luz de onda corta (azul) actúa como una señal de alarma en los seres humanos, lo que da lugar a la supresión de la somnolencia en el cuerpo y a la reducción de la secreción de la hormona del sueño, según los investigadores.
“Nuestros resultados confirman que la luz eléctrica a la que estamos expuestos entre el anochecer y la hora de acostarse tiene efectos biológicos extensos”, han afirmado los autores dirigidos por Anne-Marie Chang. Sin embargo, señalaron que los dispositivos de lectura electrónicos se encendieron al máximo, mientras que los participantes leyeron los libros impresos utilizando luz suave.
Fuente: Univadis
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